Para ser sincera, esperaba una nueva novela suya como agua de mayo. Sí, vale, reconozco que es uno de mis "autores-debilidad" pero es que no recuerdo no haber disfrutado ninguna de sus historias.
En esta ocasión nos deja que le acompañemos, por un lado, en las declaraciones de varios testigos e implicados en un caso de un incendio de un almacén en el que se encontraron unos restos humanos dentro de una caja fuerte; y, por otro, en un tema de acoso escolar en un instituto de secundaria. Pero, ¿están conectadas ambas cosas?
Creo que, como buena novela juvenil, el tema central ha sido el adecuado. A los adolescentes les muestra como puede ser el acoso escolar y sus consecuencias y a los lectores adultos nos acerca a una realidad por la que pueden pasar nuestros hijos, ya sea de uno o de otro lado.
Nos muestra el perfil de la víctima que, vuelvo a repetir, por desgracia, suele seguir un patrón. Nos enseña, también, unos patrones de de acosadores y como a veces no son reconocibles a simple vista por un adulto.
No quiero contar mucho más porque me gustaría que diérais una oportunidad a la historia para descubrirla por vosotros mismos.
Sólo quiería dejar la última apreciación. Para mi el final ha sido muy muy muy bueno ;)
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