7 de febrero de 2024
407 páginas
Narrativa
Click Ediciones
Saúl decide viajar a Avilés, ciudad donde nació su abuelo, para investigar sobre unos cuadros que aparecen firmados en una exposición por Tino Acevedo, un artista con mucha fama, pero que su abuelo reconoce como unos que él pintó en su juventud y que desaparecieron misteriosamente. A raíz de eso viajamos a la Asturias de los años 50 a través de testimonios de personas que tuvieron relación con Tino para averiguar quién era él y saber por qué los cuadros del abuelo de Saúl estaban en esa exposición con su firma.
Empecé este libro sin saber qué podía encontrarme y, sinceramente, con unas expectativas no muy altas. En mi cabeza me planteé una historia de esas de pasar el rato, pero, por suerte para mi, me equivoqué.
La manera que tiene la autora de contarnos la historia me encanta. El modo en el que introduce la historia de Manuel Cano, mediante esos saltos temporales que nos van relatando el resto de personajes a modo de recuerdos de sus vivencias, es maravilloso.
A lo largo de la historia me he encontrado personajes tan entrañables como Antonio Caro pero también otros, como Don Manuel Caro, padre de Antonio y Manuel, que se me ha atragantado bastante.
Una historia preciosa donde no solo he tratado de averiguar quien es el enigmatico Tino Acevedo, con mil teorías fallidas por mi parte, sino donde he podido encontrar una historia de eterna frustración por querer agradar a un padre, de protección hacia un hermano y, sobre todo, del amor de un nieto hacia su abuelo.
‿︵‿︵ʚɞ『SINOPSIS』ʚɞ‿︵‿︵
Una emocionante novela llena de intriga, sobre la ambición y la fama.
En el barrio de Salamanca, en pleno centro de Madrid, un taxi se detiene frente a una sala de exposiciones muy cercana a la calle de Alcalá. Del coche se apea un hombre mayor, con el rostro surcado de arrugas y movimientos tan lentos que parece que el tiempo se ralentiza a su paso. Su nieta le acompaña.
En la puerta de la sala un cartel
«LA MEMORIA DE LAS ACUARELAS»
por TINO ACEVEDO
Obra póstuma
Ese nombre… De pronto el anciano siente un mal presagio. En cuanto posa la mirada sobre el primer lienzo, un desagradable escalofrío le recorre la espalda. Sin decir ni una palabra, y con la respiración entrecortada, se acerca al segundo lo más rápido que alcanzan sus envejecidas piernas.
— Sácame de aquí — le pide a su nieta.
—Pero abuelo, los cuadros…
—Los conozco perfectamente — el anciano la mira con infinita tristeza —. Los conozco porque los pinté yo. Esos cuadros son mis recuerdos.
Carmen García-Gancedo regresa, después de su novela "Jaque al rey", con una emocionante historia llena de intriga y suspense, en la que la ambición y la fama traicionan al talento y la integridad.