𝓤𝓷 𝓭𝓮𝓼𝓲𝓮𝓻𝓽𝓸 𝓭𝓮 𝓱𝓲𝓮𝓵𝓸

   Vuelvo a traeros una nueva aventura, esta vez un historia de, la que he decidido bautizar como "La Reina del Eco-thriller", Maite R. Ochotorena. 

      Si con La mensajera del bosque me atrapó, con este pedazo de novela me ha terminado de conquistar del todo convirtiéndose en una de mis autoras de cabecera de la que no pienso perderme nada

       En esta ocasión viajamos hasta la Antártida y su crudo invierno, donde la aparición del cadáver de un científico con la inscripción "Kripos" marcado en el vientre hace saltar todas las alarmas.

   Para investigar ese crímen tenemos a Erika Oblyakov, agente de la Kripos (policía noruega) que irá acompañada por Mikel Ibarra, un ex-ertzaintza que trabajó muchos años de guía en la base ciéntifica noruega de la Antártida Nytt Håp que arrastra un grave problema que mantiene en secreto y que conoce perfectamente a cada uno de los integrantes de esa base

  El punto de intriga se lo da el comportamiento del personal que trabaja en la base durante la temporada de invierno y ese secreto que los une a todos con un hilo de tensión constante que deja a más de uno con graves secuelas psicológicas. Si a eso le sumamos la crudeza del temporal de frío, una eterna noche, un generador de energía imprescindible en ese frío invierno que no termina de funcionar bien y un asesino en serie, tenemos una novela adictiva que no puedes soltar.

  

  

        Quiero resaltar los maravillosos parajes que nos describe la autora, que hacen que te metas totalmente en esa ambientación más que helada de la eterna noche del invierno antártico, invierno que te hace sentir atrapado en una base ciéntifica y que puede ser tu tumba si no tienes donde guarecerte en el exterior.

      Me gustaría destacar la conexión tan grande que existe entre los  personajes de Erika y Mikel que harán que se complementen de una manera maravillosa en la investigación.

   De nuevo me topo con un personaje femenino fuerte, muy metódica y con mucha frialdad en algunos momentos.

   Un thriller con una gran moraleja final de concienciación medioambiental que resulta muy cómodo de leer gracias a la gran pluma de la autora que le da una agilidad impensable