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Dicen que toda gran historia merece un final a la altura… y El castillo MacLaine no solo lo tiene, sino que lo envuelve en emociΓ³n pura y belleza narrativa. Carla Marpe y Silvia P. MartΓn nos regalan un colofΓ³n tan breve como inolvidable, una despedida que se instala en el pecho y se niega a salir con facilidad.
Este relato final no es simplemente un epΓlogo, es una caricia literaria. Un ΓΊltimo vistazo al mundo de Olivia y su castillo, que nos susurra al oΓdo que los finales no siempre son un adiΓ³s, sino a veces un "te llevarΓ© conmigo". Y asΓ, con la sensibilidad que caracteriza a ambas autoras, se cierra un ciclo lleno de magia, emociΓ³n y alma.
Confieso que leerlo fue como ir sintiendo el corazΓ³n hacerse cada vez mΓ‘s pequeΓ±o, apretujado entre recuerdos y emociones… hasta que, sin aviso previo, alguna que otra lΓ‘grima decidiΓ³ escaparse. Y no, no fue tristeza; fue la gratitud por haber habitado, aunque fuera por unas pΓ‘ginas mΓ‘s, ese universo tan especial.
A quienes ya han recorrido los pasillos del castillo MacLaine y se han dejado conquistar por su atmΓ³sfera ΓΊnica: no dejΓ©is pasar este final. Os aseguro que merece cada palabra.
Gracias, Carla. Gracias, Silvia. Por este cierre inesperado y profundamente hermoso. Por recordarnos que hay historias que no terminan, simplemente se quedan a vivir en nosotros.