No soy amante del mundo vampírico, pero me atreví con él y me dejó bastante buen sabor de boca.
Viajamos a Katmere, un instituto un tanto peculiar, morado por vampiros, brujas, hombres lobos y dragones, ubicado entre montañas en Alaska, y lo hacemos acompanando a Grace, una adolescente de San Diego que se traslada a dicho instituto, que dirige su tío y en el que también estudia su prima, tras la muerte de sus padres en un trágico accidente. Una vez allí se enamora perdidamente de Jaxon Vega, el chico más popular y temido de este instituto tan elitista. Pero Jaxon está lleno de secretos y cicatrices emocionales que también pasarán factura a Grace.
Las descripciones que realiza la autora del entorno me han gustado mucho y la manera de enganchar al lector también, dando varios giros que hacen que quieras seguir leyendo.
En cuanto a los personajes me encanta como nos presenta a esa Grace fuerte, que intenta esconder sus sentimientos para no preocupar a nadie y con la que he conectado muy bien.
Para concluir he de decir que estoy deseando coger el siguiente y ver qué pasa, ya que queda un final abierto que te invita a querer continuar con la historia.

