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Marta Claus
265 pΓ‘ginas
AΓ±o de lanzamiento 2023
Comedia RomΓ‘ntica
8/10   ⭐⭐⭐⭐



   Reconozco que esta autora me tiene ganada. Cada vez que veo un tΓ­tulo suyo sΓ© que son risas aseguradas y esta vez tampoco me ha decepcionado.


   ¿QuΓ© nos vamos a encontrar en este libro? Pues una historia contada a dos voces por sus protagonistas Lorena y William


   Por un lado tenemos a Lorena, una pija superreligiosa con las hormonas un tanto revolucionadas de mΓ‘s (esto lo iremos viendo conforme avanza el libro) a la que su novio deja por querer mantener su virginidad. A causa de esto necesita desaparecer y se cuela en una casa supuestamente deshabitada.

   Por otro lado William es un mujeriego "vivalavida" que sufre una ceguera temporal.

   Si juntamos estos dos personajes, con mil casualidades, algΓΊn que otro personaje secundario (o tal vez no tan secundario) y les ponemos un toque de humor, un puΓ±ado de romance y una pizca de erotismo, tenemos una novela que te harΓ‘ pasar un rato muy muy muy divertido.

   Una cosa que no querΓ­a dejar pasar es lo mucho que me ha gustado el personaje de Lorena, ese vocabulario a veces cΓ‘ndido a veces "bestia" que suelta y esa revoluciΓ³n hormonal que estΓ‘ deseando estallar dentro de ella


SINOPSIS

Amable, educada, respetuosa, generosa, paciente, bondadosa… Espera que esto te interesa mΓ‘s seguro, ¡virgen! VeintitrΓ©s aΓ±os y sin haber catado a un hombre. No me avergΓΌenzo eh, al contrario, estoy bien orgullosa de ello. Es pensar en besar a uno y puaj, imagino toda esa saliva invadiendo mi boca y siento angustia. Mi relaciΓ³n con el creador es tan estrecha que me sobra y me basta con eso.
Yo, Lorena Sullivan he aceptado las normas y los principios cristianos de forma mecΓ‘nica impuestos por mi madre, he obedecido cada una de las leyes de Dios a las que ya estaba acostumbrada y habΓ­a hecho mΓ­as dΓ­a a dΓ­a. Bueno, hasta que aquel fatΓ­dico martes tomΓ© la decisiΓ³n mΓ‘s ¿acertada de toda mi vida? El seΓ±or me puso a prueba sΓ­, y ¡quΓ© prueba!. AtravesΓ© la puerta del infierno, a tropezones, eso es cierto. Me arrojΓ³ a los brazos de un demonio sin piedad, uno con atributos muy generosos. ¿Su nombre? William Callaghan. Y por si fuera poco, el demonio no estaba solo. ¿SabΓ©is eso de que Dios le da pan a quien no tiene dientes? Pues el refrΓ‘n se queda corto.
¿Te imaginas cΓ³mo pudo acabar esto? Te aseguro que no se te pasa por la cabeza, aunque me gustarΓ­a contΓ‘rtelo. Te adelanto quΓ©, no he rezado tanto en mi vida para pedir perdΓ³n por mis pecados.



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π•‹β„π”Όπ•Š β„π”Έβ„€π•†β„•π”Όπ•Š ℙ𝔸ℝ𝔸 𝕃𝔼𝔼ℝ... 𝕃𝕒 𝕙𝕠𝕣𝕒 𝕕𝕖𝕝 𝕠𝕔𝕒𝕀π•